
El jueves santo, varias instituciones de la comunidad como el consulado general de Boston, brindaron habichuelas con dulces a los usuarios que estuvieron en la sede en diligencias oficiales. El cónsul general Dominico Cabral quien personalmente, sirvió el tradicional caldo, dijo que la iniciativa fue para fortalecer la tradición de la cuaresma en todos sus aspectos.
Desde el principal templo, que es la catedral de San Patricio situada en la calle 51 y Quinta Avenida, hasta las parroquias medianas y pequeñas ubicadas principalmente en barrios y áreas pobladas por latinos y especialmente en los condados de Manhattan, El Bronx, Brooklyn y Queens, así como en los suburbios de Long Island, Staten Island, Yonkers y hasta el condado de Weschester, los criollos se integraron a las celebraciones durante toda la semana santa, pero fue el viernes, el día más triste para los cristianos del mundo, cuando el grueso de la comunidad dominicana católica hizo una fuerte e imponente presencia en todas las actividades religiosas de los cinco condados.
Hombres, mujeres y niños de todas las edades, se integraron a los servicios. Cuestionados varios de los participantes acerca de sus principales preocupaciones en sus rezos, la mayoría coincidió en que rezaban por la seguridad ciudadana en la República Dominicana, el control del narcotráfico y la mejoría de la situación económica. Otros, dijeron que oraron por la salud de sus parientes, algunos internos en hospitales de Estados Unidos y Santo Domingo y otros pidieron porque sus situaciones personales mejoren muy pronto.
En el Alto Manhattan integrado por los sectores de Washington Heights, Inwood y Marble Hill, miles de dominicanos y latinos de otras naciones, desfilaron en las procesiones de la pasión de Cristo, organizadas por las iglesias católicas y cristianas del área, pastorales juveniles, la hermandad del Sagrado Corazón de Jesús, Hermanas de María, grupos carismáticos, diáconos y entidades comunitarias.
Impresionante, fue la representación de esos trágicos capítulos por parte de jóvenes de la pastoral de la iglesia La Encarnación de la calle 175 y el boulevard Juan Pablo Duarte (Avenida San Nicolás) en el corazón del Alto Manhattan, quienes montaron un drama a la altura de actores profesionales, con uno de ellos en el papel principal del Cristo con la cruz acuesta.
Esa peregrinación salió del templo alrededor de las %:30 de la tarde y cruzó por la calle 175 y avenida Audubon, recorriendo parte de las arterias principales de la zona. Desde la primera estación de la crucifixión de Jesús, hasta la última, una voz de mujer leían, amplificada por un auto parlante, los pasajes de cada una de las caídas de Cristo.
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