
San José.- El presidente de facto de Honduras Roberto Micheletti llegó próximo a este mediodía a Costa Rica donde se reunirá con el depuesto presidente Manuel Zelaya, al que derrocó hace diez días.
A su arribo, Micheletti saludó a los periodistas, agradeció la acogida de Costa Rica y dijo que la próxima vez que visite este país espera que sea como presidente Constitucional de Honduras. Tras sus declaraciones saludó en reiteradas ocasiones con las manos a los presentes hasta abordar el vehículo que lo trasladó al hotel donde se hospedará.
La reunión, entre Micheletti y Zelaya fue promovida por la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, y esta pautada para celebrarse esta tarde en la residencia privada del presidente costarricense Oscar Arias, que ejerce de mediador.
Micheletti llegó a la capital costarricense usando una ruta alternativa después de que las autoridades nicaragüenses, fieles a Zelaya, le prohibieran surcar su espacio aéreo para llegar a San José.
En cambio, Zelaya, que cenó con Arias, llegó a San José el miércoles al final de la tarde.
Si bien es un logro que ambos rivales se sienten en torno a la misma mesa después de semana y media de una crisis sin precedentes en la joven democracia hondureña, tanto Zelaya como Micheletti no parecen dispuestos a transigir sobre el único punto en juego: la presidencia de Honduras.
A su llegada a San José, el presidente constitucional, que rechazó dormir en un hotel de la capital porque la suite presidencial no estaba libre, exigió "su restitución inmediata" en la presidencia hondureña, un reclamo avalado por la comunidad internacional en su conjunto.
"Espero que en las próximas 24 horas tengamos una respuesta muy clara de la contraparte golpista (...) para ver cómo están planificando su salida" del gobierno hondureño, explicó Zelaya a su llegada a San José.
"Eso es como que a usted lo inviten a dialogar con un criminal que le violó a su familia y que diga que usted va a aceptar condiciones por esa violación", agregó, explicando su voluntad de no negociar.
Micheletti también avisó de que viene a Costa Rica a "dialogar y no a negociar" el retorno de Zelaya al poder, del que le expulsaron los militares abruptamente el domingo 28 al alba.
El nuevo presidente de facto, que cuenta con el apoyo en Tegucigalpa del resto de los poderes del Estado, de los militares y de buena parte de la población, asegura que se trató de una "sucesión constitucional" para evitar que Zelaya, que ese día había convocado una consulta popular, declarada ilegal por la justicia, se perpetuara en el poder.
Arias, por su parte, un experto mediador como demostró en la década de los 80 al contribuir a la pacificación de Centroamérica, ha dicho que espera lograr un acuerdo satisfactorio en las negociaciones, que se prolongarán, en principio hasta el viernes.
"Lo que quiero es ayudar a resolver este problema porque el pueblo hondureño no se merece que haya más sangre derramada y no quiero ver morir a más gente inocente en las calles de Tegucigalpa", dijo Arias, en referencia a los dos jóvenes muertos en las manifestaciones del domingo en Tegucigalpa, poco antes de que el ejército abortara el intento de regreso de Zelaya al país.